jueves, 29 de mayo de 2014

LA SABIDURÍA VIENE DE LA EXPERIENCIA



Por Ernesto Sánchez


Cuando la experiencia vivida se hace conciente se llama aprendizaje,  y cuando el aprendizaje se relaciona con otros aprendizajes anteriores y le damos coherencia  interpretativa y pertinencia instrumental  lo llamaremos entonces conocimiento.  Pero lo esencial, lo vital sigue siendo la experiencia.  La verdad estará en el sentir, y en el sentir está el cuerpo:  en nuestro cuerpo, en nuestra vida que debe transitar un camino, que es “el Camino por Excelencia”, como decía el viejo maestro Lao Tsé.  El camino es  nuestra existencia que es realización del ser como manifestación  del espíritu infinito de Dios hecho carne y sangre en cada uno de nosotros. Es decir, en cada corporeidad que es cuerpo-alma-mente y poesía.

Hay un cuento que viene muy propósito con el tema de hoy: Cierta  vez un discípulo  le preguntó al Viejo Maestro cómo aprender sabiamente de las experiencias que nos ofrece la vida, sean éstas malas o buenas.

Y él le contestó:   -Hay un procedimiento  y una actitud que se deben cultivar para ser un verdadero sabio. El procedimiento es, reflexionando cada una de las experiencias  buscando su sentido y su esencialidad en nuestras relaciones con la existencia. Y  la actitud debe ser la de receptividad, de aceptación y de quietud interna, o si se quiere de meditación activa para aprender a ver el bien que está en cada situación; aprender a descifrar, a escuchar no tanto las señales y las voces que vienen de afuera, sino también  las que vienen de adentro, de nuestra voz interna o sabiduría interior.

En nuestros talleres de Crecimiento Humano distinguimos la diferencia entre conocimiento y sabiduría. La primera se posee, puede ser adquirida  en las bibliotecas y en las escuelas, pero  la segunda, no. La sabiduría no se posee sino que es ella la que nos posee a nosotros, y es sí y sólo si tenemos la apertura y  estamos abiertos a recibirla con la humildad y con la inocencia de un niño.    

Inexorablemente, la sabiduría viene de la experiencia.

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martes, 27 de mayo de 2014

SER UNO MISMO SIGNIFICA QUE UNO ES Y SERÁ LO QUE QUIERA SER

 

Por Ernesto Sánchez

Cierto día un discípulo se dirigió a su maestro con un pequeño pájaro en su mano con el propósito de ponerle a prueba su sabiduría; le preguntó si éste estaba vivo o muerto, si el maestro decía que estaba vivo, él apretaría al pájaro en sus manos y al abrirlas ya habría muerto; si contestaba que estaba muerto éste lo dejaría volar, y así se habría equivocado el viejo maestro.
Fue hacia él, y le expuso su pregunta:
- Maestro, este pájaro que tengo en mis manos está vivo o está muerto
Luego de mirar al discípulo, le respondió:
- Hijo, la respuesta está en tus manos; será, lo que tú quieras que sea.

Evidentemente, tenemos nosotros como seres humanos el libre discernimiento y la responsabilidad en la construcción de nuestra individualidad. Lo que somos es lo que hemos querido ser. Sin excusas. Y como nos decía el filósofo francés J.P. Sartre, “estamos condenados a ser libre”.

La libertad, Sancho -decía Don Quijote a su escudero- es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos; con ella no pueden igualarse los tesoros que encierran la tierra y el mar: por la libertad, así como por la honra, se puede y debe aventurar la vida

En los Talleres de Crecimiento Humano decimos que tenemos dentro de nuestro ser los tesoros del amor, el de la moderación y el de la sabiduría interior con los cuales podemos constituirnos en arquitectos y hacedores de nuestra existencia. Ni siquiera Dios puede intervenir en nuestras decisiones, si no se lo permitimos. Es nuestro Libre Albedrío el precioso don que nos ha dado la Naturaleza en su Sabiduría Infinita. La libertad política o económica no significa nada si antes no somos libres en pensamiento, en alma y en espíritu.

Una vez, al célebre dramaturgo noruego, autor de esa extraordinaria obra teatral titulada “Casa de Muñecas”, Henrik Ibsen, cuando le preguntaron que cuál era el primer deber del hombre, la respuesta fue breve y contundente; dijo: “ser uno mismo”.

Y ser uno mismo significa que uno es y será lo que deba y quiera ser... Ni más ni menos.

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