miércoles, 23 de mayo de 2018

ANCLAJE EN PNL

Anclajes PNL – Creando un Cambio Permanente (parte 1/2)

En la lección #3 de este curso de neurolinguistica, vamos a aprender acerca de los Anclajes PNL. Como dice un refrán, es fácil cambiar pero es difícil mantenerse. Aquí te enseñaremos cómo hacer para que esos cambios sean permanentes. Además, esta es una de las técnicas básicas de la programacion neurolinguistica, y se utiliza en otros ejercicios más avanzados.
Imagina que eres capaz ir a una entrevista de trabajo o dar una presentación en público, a sabiendas de que serás capaz de dar tu mejor rendimiento en todo momento. Ese es el tipo de mejoras que podrás conseguir mediante el uso de los anclajes PNL.

¿Qué con los Anclajes PNL?

Los anclajes PNL se basan en el concepto de tener la capacidad de entrar en un estado anímico más poderoso o más apropiado para una determinada tarea o evento, y luego ser capaz de acceder a ese estado en cualquier momento que lo necesites.
Para nuestro propósito, un anclaje PNL es cualquier estímulo que evoca un estado mental específico en alguien.

Ejemplos

Anclajes PNL parte 1Por ejemplo, muchas personas tienen canciones específicas que les afectan cada vez que las escuchan. Por lo general esto sucede cuando algo importante les pasó mientras escuchaban esa canción, como el primer beso, haber conocido al amor de su vida, etc.
Los olores y sabores también son anclajes PNL particularmente poderosos. No importa la edad que tengas, es probable que poseas olores o sabores que evocan un sentimiento o recuerdo específico. El perfume o colonia de alguien a quien amaste mucho, la comida casera de tu mamá, etc.
En estos ejemplos anteriores, las canciones, los olores y sabores específicos son los anclajes PNL. Es decir, los anclajes PNL son los elementos externos que nos permiten sentirnos de una manera particular, simplemente con escucharlos, olerlos, sentirlos, verlos o saborearlos.
Imagina las posibilidades; podrías crear un anclaje específico para sentirte sumamente confiado en cualquier momento que elijas, ya sea una entrevista de trabajo, presentación, etc.

¿Cómo se utilizan?

La forma más fácil de aprender a utilizar los anclajes PNL es a través de un ejemplo.
En la programación neurolingüística, la mayoría de la gente usa un sentido específico para la mayoría de sus anclajes (generalmente el tacto) simplemente porque es la forma más fácil de volver a acceder a un estado específico (alegría, motivación, etc.) Por esa razón, vamos a utilizar el tacto para crear nuestro anclaje PNL.
En primer lugar, si no has leído las lecciones anteriores: técnicas PNL – Aprenda a controlar sus recuerdos y Submodalidades PNL – Cambie su realidad, entonces te recomendamos que los leas para que puedas realizar este ejercicio correctamente. Esto es importante, ya que para crear un anclaje PNL efectivo, es necesario crear un estado anímico lo más fuerte posible. ¡No queremos tener estados insípidos e inútiles, y luego crear anclajes sobre ellos!

Ejercicio – Confianza Instantánea en Todo Momento

Primera Parte del Ejercicio

  • Paso 1: Lo primero que tienes que hacer es pensar en un momento en que tenías una gran confianza en ti mismo. Si por alguna razón no puedes pensar en un tiempo cuando te sentías seguro, entonces puedes imaginar cómo serías si tuvieras 100% de confianza en ti mismo.
  • Paso 2: Crea una imagen muy vivida y detallada de tu persona mientras te sientes sumamente confiado. ¡Sientes que puedes conquistar el mundo!
  • Paso 3: Ahora, una vez que tienes esa imagen en tu mente, pon atención a los sonidos relevantes y toma conciencia de la sensación que te da tener plena confianza en ti mismo. El objetivo es hacer que este estado sea tan potente como sea posible.

Utilizando las Submodalidades para aumentar el sentimiento

La forma más sencilla de hacer el ejercicio anterior es utilizar la lista de submodalidades que viste durante la lección #2.
En primer lugar, encuentra las submodalidades visuales que tuvieron más efecto sobre ti y aplícalos a la imagen de ti plenamente seguro.
Recuerda utilizar las submodalidades auditivas y cinestésicas también. Si los sonidos tienen mayor influencia sobre ti, incrementa el volumen de tu imagen. Si las percepciones tuvieron mayor efecto, imagínate grande y poderoso.
En la última parte de la lección #3, vamos a aprender cómo anclar efectivamente ese sentimiento de autoconfianza para que puedas evocarlos en el lugar y momento que quieras. Continúa leyendo la segunda parte del ejercicio de anclaje PNL.

lunes, 14 de mayo de 2018

La Naturaleza del Hombre

según el Vedanta

por John Levy

Segunda Parte:  La Experiencia Objetiva

IV
INTRODUCCIÓN AL ANÁLISIS DE LA EXPERIENCIA OBJETIVA

1. La experiencia objetiva
La experiencia objetiva es una mezcla de pensar y de sentir. La naturaleza de la sensación no puede entenderse hasta que el pensamiento como tal no haya sido analizado por completo. Por "pensamiento como tal" quiero decir el producto de cognición formal, ya sea voluntario o involuntario.
2. Los dos tipos de cognición
La cognición puede ser introvertida o extrovertida, es decir, subjetiva u objetiva. La introversión pura nos lleva inmediatamente más allá de la mentación. Esto se debe a que un pensamiento y su objeto, sea cual sea ese objeto, son inseparables (1). Si, por ejemplo, dirigimos nuestra atención hacia la existencia absoluta, que es el yo (self) real, se desvanece la objetividad y el pensamiento se funde en la no-dualidad. Y, por otro lado, si nuestra atención se vuelve hacia los objetos sensoriales, el conocimiento de estos objetos constituye otros tantos pensamientos objetivos. Es en este tipo de pensamiento en el que estamos actualmente interesados.
3. Un pensamiento no es una entidad
Veremos en un capítulo posterior que el pensamiento es el nombre que le damos a la aparente objetivación de la consciencia. Por el momento, sin embargo, hablaremos de los pensamientos como si fueran entidades reales, ya que las personas comunes y corrientes así lo consideran.
4. Pensamiento abstracto y generalización
Antes de proceder a nuestro examen de la extroversión, detengámonos un momento para ver lo que se quiere decir con pensamiento abstracto y generalización, y así evitar malentendidos. Están vinculados a la percepción sensorial, porque para alcanzar la abstracción o la generalización, debemos tener en cuenta las particularidades; y el pensamiento actual que resulta es siempre en términos de los sentidos, no importa qué tan abstracto pueda ser el pensamiento o por qué intuición se puede haber llegado a él. A modo de ejemplo, la palabra hombre se utiliza en el título de este libro para denotar las características del estado humano. Pero tan pronto como la palabra es aprehendida algún tipo de representación visual aparece, aunque sea vagamente, ante el ojo de la mente (2). Del mismo modo, todas las nociones abstractas, ya sea que se refieran a cualidades, números, relaciones o conceptos, requieren el apoyo de algún objeto de percepción sensorial, incluso si es sólo un símbolo, como una cifra o un sonido. Los pensamientos abstractos y las generalizaciones son por tanto objetos de la consciencia. Como tales, son bastante distintos de la introversión.
5. Los objetos de consciencia
Un objeto de consciencia puede definirse como todo aquello que puede reaparecer en la memoria, por lo tanto sólo recordamos aquellas cosas que hemos conocido.
6. Percepción sensorial
Los objetos como tales en realidad nunca se perciben. Las percepciones sensoriales no nos ofrecen más que sensaciones desnudas de sonido, tacto (3), luz (4), gusto y el olfato: no nos presentan nociones predefinidas de objetos. Cómo es que de las sensaciones simples formamos la compleja noción de un mundo externo limitado por el tiempo, el espacio y la causalidad será el tema de la segunda parte de nuestra Indagación.

V
LA PERCEPCIÓN SENSORIAL Y LA NOCIÓN DE OBJETOS

1. Cómo surge la noción de un objeto
Como acabo de declarar las percepciones sensoriales no nos ofrecen más que sensaciones desnudas de sonido, tacto, luz, gusto y olfato. Si el perceptor es repetida y similarmente afectado por un grupo más o menos constante de sensaciones, se forma la noción de un objeto específico o clase de objetos.
2. La correlación de los objetos de los sentidos
La luz es inseparable de, y por tanto una con, el acto de ver. El sonido es inseparable de, y por tanto uno con, el acto de oír. Un mismo estímulo puede dar lugar a sensaciones de sonido en el lenguaje de los oídos, o de tacto, luz, sabor y olor en el lenguaje de la piel, los ojos, la lengua o la nariz. Pero esto no quiere decir que lo que estimula la percepción sensorial tenga existencia real, aparte de ser percibido. Si hacemos abstracción de nuestra noción de un objeto que existe independientemente de las cualidades que nuestros sentidos le han dado, su materialidad y objetividad se desvanecen: y lo que queda es existencia sin nombre y sin forma (5). En lo que se refiere a los sentidos, algo sin duda ha sido aprehendido: pero ese algo, en realidad, no es un objeto: trasciende la dualidad de conocedor y conocido. Ahora bien, la abstracción de las cualidades sensibles de un objeto extraño implica que su perceptor, en el proceso, ha trascendido las cualidades sensibles de su persona. Y en ausencia de cualidades sensibles, tanto en uno como en el otro, no es posible encontrar ninguna diferencia entre el perceptor y lo percibido. Involuntariamente hacemos esta abstracción cada vez que dejamos de ser conscientes de los objetos, ya sea en el intervalo entre dos pensamientos, cuando se cumple un deseo (como veremos en la Cuarta Parte), o en el sueño profundo o sin sueños.
Estas consideraciones demuestran que las apariencias como tales no son más que la percepción de los sentidos. La existencia sin nombre y sin forma a la que me he referido antes es otro aspecto del principio de la consciencia no-dual. El porqué la no-dualidad pareciera dividirse en un sujeto consciente y su objeto no nos concierne de momento.
3. La unidad del perceptor y lo percibido
Ahora voy a repetir la última sección en otras palabras. Entre lo que comúnmente se llama un dato de los sentidos y su correspondiente órgano sensorial, hay una conexión inmediata e inseparable. La naturaleza de la facultad visual es manifestar formas y colores, de la facultad auditiva es manifestar sonidos, y así sucesivamente. Lo que consideramos que es un objeto es la visibilidad de la visión, la audibilidad de la audición, etc. Pero ningún objeto como tal, ha sido conocido.
Ahora bien, aunque habitualmente consideramos el punto de vista contrario, la idea de que las sensaciones son causadas por estímulos externos a los sentidos es una ilusión: esto ya lo hemos visto en la sección 2 anterior. Trate el lector de imaginar el tipo de mundo que sería si él tuviera, en lugar de cinco, sólo cuatro sentidos, y que por ejemplo, él no tuviera absolutamente ningún sentido del tacto: sin duda no sería el mismo mundo cuya existencia real ahora damos por sentado. Nuestra noción de los objetos no puede por tanto separarse de los actos de oír, tocar, ver, gustar y oler. Más aún, nuestro análisis de la vigilia y del sueño nos ha demostrado que cuando estos dos estados se ven desde la posición ventajosa de la consciencia que es común a ambos, no se distinguen: la experiencia de cada uno de ellos es un producto mental. En estas circunstancias, no hay en ningún momento ningún estímulo externo para los sentidos.
4. La relación entre el cerebro, los órganos de los sentidos y el mundo exterior
"Un fenómeno característico de la relación entre el cerebro, los órganos de los sentidos y el mundo exterior es el de la proyección. Aunque las sensaciones son apreciadas como resultado de los cambios en las células del cerebro, se sienten como si tuvieran lugar más remotamente; el tacto es proyectado a la superficie de la piel, el sabor a la boca, mientras que nosotros consideramos que la vista y el sonido proceden de los alrededores. Son, por así decirlo, ilusiones convencionales establecidas en la infancia. Porque, en realidad, nuestras sensaciones son las meras máscaras y símbolos de la realidad, que se filtra a través de nuestro aparato de impresión sensorial". (6)
Nuestro autor ha declarado anteriormente que "la naturaleza particular de una sensación está determinada por el órgano receptor, y no por el estímulo" (7). En el primero de estos pasajes notables, se encuentra la confirmación desde el ámbito de la ciencia empírica de que la apariencia como tal no es más que los sentidos de percepción, aunque su autor probablemente no tenía esa intención; y en el segundo, que los objetos de los sentidos son uno con la percepción sensorial.
En este punto, debo definir la realidad, ya que el término acaba ahora de ser introducido. Defino la realidad como aquello que trasciende el cambio (ver XXIII, nota 1). El análisis del sueño profundo, en el tercer capítulo, mostró que esta realidad inmutable es el yo (self), el yo siendo esa única consciencia en la que los muchos y variados aspectos de la experiencia objetiva van y vienen. Ahora bien, es cierto que "nuestras sensaciones son meras máscaras y símbolos de la realidad", sin embargo, habiendo definido la realidad, me gustaría añadir que no podemos tener un conocimiento objetivo de la realidad, que para nosotros es idéntica a no-dualidad.
5. Cómo surge la noción de un mundo
Los objetos como tales no son percibidos: existen sólo como nociones, es decir, que existen cuando son pensados y no de otra manera. Ahora bien, no podemos tener más que un solo pensamiento a la vez, a pesar de que la rapidez con la que se suceden los pensamientos hace que las personas comunes crean lo contrario (8). De ello se desprende que la existencia simultánea de los objetos es una imposibilidad. Pero nosotros recordamos nuestras pasadas nociones y es por tanto la memoria la que nos hace creer en la coexistencia de los objetos (9). La ilusión de la existencia simultánea e independiente de los objetos da lugar a la noción de un mundo (10). A este respecto, remito al lector a mis observaciones sobre el pensamiento abstracto y la generalización (IV, 4): la noción de un mundo es una generalización y nada más.
6. Conclusión: Las sensaciones son como las palabras del lenguaje sensorial
Cuando no hay objetivación de la conciencia, en otras palabras, cuando no existe una percepción sensorial, lo que parecía ser un objeto pierde tanto sus atributos sensoriales como intelectuales, permaneciendo como el principio de consciencia en el que parece surgir. Por tanto no puede ser llamado un objeto; en realidad, ni siquiera hubo nunca ninguno, porque en sí mismo trasciende nombre y forma. No quiero decir que cuando un algo es conocido, no haya nada en absoluto presente. Cuando un algo es conocido, un algo sin duda existe, pero no tal como aparece, porque la apariencia está determinada únicamente por el perceptor y no por la cosa en sí. Los sentidos son como otro de los muchos idiomas, que expresan en su propio lenguaje el ser no-objetivado que está más allá del dominio de la expresión.
Epílogo: Una palabra acerca de la intuición
Las siguientes observaciones no están incluidas en el texto principal de este capítulo, ya que anticipan una parte del Método que no puede ser abordada sin una mayor preparación. Los lectores que por el momento no pueden comprender su importación se aconseja no hacer esfuerzos excesivos por hacerlo, sino más bien que esperen hasta que hayan leído todos los capítulos hasta e incluyendo el de "Deseos, sentimientos y el Testigo" (sección XXIX). Para entonces todos los obstáculos para la comprensión deberían haber sido eliminados. Esto no es un capricho por parte del autor; y él puede afirmar, que hay algunos pasajes de este libro que serán plenamente comprendidos solamente después de que el Método haya sido visto en su conjunto. Para disfrutar de una melodía, primero tenemos que escucharla. Sólo entonces podemos mirar hacia atrás a cada detalle y apreciar el equilibrio mutuo y la importancia de todas las notas, o grupos de notas, que en conjunto constituyen una línea melódica.
En este y en el capítulo anterior, se ha hecho mención a la intuición. Diferentes personas dan diferentes significados para la palabra. Por intuición me refiero a la práctica inconsciente o involuntaria de la introversión (IV, 2), que remite toda experiencia objetiva a la conciencia subjetiva. Es un don, y a menudo puede ser desarrollado mediante una formación adecuada. No puede ser considerado responsable de la certeza o falsedad de las conclusiones alcanzadas, ni guarda ninguna relación inmediata con el grado de cultura académica o estética adquirida por las personas dotadas de esta manera. La cultura puede ayudar a prevenir, pero también puede conducir a conclusiones falsas. Por lo tanto, se necesita algo más que la cultura para que las intuiciones no deban ser mal interpretadas por quienes las tienen. Esta orientación será discutida en el capítulo XXIV.
La formación de la que he hablado hace un momento es la práctica de la introversión que forma una parte importante del método vedántico. Ayuda a conducirnos a un estado donde la intuición, en lugar de ser fortuita, se convierta en el patrón normal de la experiencia. Pero este estado trasciende lo que normalmente se considera como la intuición: puede ser mejor descrito como la realización de la no-dualidad.
Notas:
  1. Consideraremos la naturaleza de los pensamientos con mayor detalle en los capítulos siguientes.
  2. Con algunas personas, la reacción puede no ser visual, pero en cualquier caso es sensorial.
  3. Uso la palabra tacto para incluir todo tipo de sensaciones cutáneas, es decir, pinchazos, dolor, temperatura, tacto y cinestesia. Me gustaría hacer hincapié en que esta Indagación tiene poco que ver con los objetivos de la fisiología y la psicología académica, siendo su finalidad totalmente diferente de la de la ciencia empírica. Las cinco categorías de sensación cutánea enumeradas son tomadas de An Introduction to the Theory of Perception, de Parsons, página 72 (Cambridge, 1927).
  4. Uso luz como un término más general para forma, aspecto y color, es decir, para todo lo que es visual.
  5. Forma significa cualidades sensibles en general, nombre cualidades intelectuales, es decir, para todo lo que se refiere a la asociación de ideas y la noción de un objeto específico o clase de objetos.
  6. Physiology,, por A. D. Le Vay, página 175 (English Universities Press, 1951).
  7. Le Vay, op. cit., página 175.
  8. La idea de que podemos conocer varios objetos a la vez es uno de los muchos hábitos erróneos de pensamiento que oscurecen nuestra comprensión. Se ha encontrado que la exposición de tales hábitos juega un papel importante en el presente Método.
  9. La naturaleza de la memoria se discutirá en una etapa posterior.
  10. Por "independiente", me refiero a la idea de que los objetos existen independientemente de su conocimiento de ellos.
Fuente: John Levy. The Nature of Man according to the Vedanta

La Naturaleza del Hombre

según el Vedanta

por John Levy

Primera Parte:  Diferentes Puntos de Vista
Vigilia, Sueño, Sueño Profundo

III
EL SUEÑO PROFUNDO Y EL SÍ MISMO REAL

1. El sueño profundo
El sueño profundo (o sueño sin sueños) puede ser mejor definido como el estado en el que la aparente dualidad de sujeto y objeto ha desaparecido. Su característica negativa es la ausencia de la actividad mental, un término que utilizo para incluir el pensamiento, el sentimiento y la percepción sensorial. Sin embargo, desde su propio punto de vista, el sueño profundo debe ser positivo, ya que no podemos experimentar la mera negación: y por tanto la ausencia de actividad mental no es su verdadera característica. De ello se desprende que cuando hablamos de sueño profundo, de la ausencia de actividad mental, y decimos al despertar que hemos dormido profundamente y no tenido conocimiento de nada, lo estamos viendo sólo desde el punto de vista de la dualidad, en comparación con que el sueño es un estado de nesciencia (1). De ello se desprende, además, que ninguno de los términos positivos que aplicamos a nuestra vigilia y a la experiencia de soñar se puede aplicar literalmente a nuestra experiencia de dormir. No obstante, hay tres aspectos positivos del dormir, cuyo conocimiento nos permitirá reconocer su verdadera naturaleza.
2. La experiencia de dormir
  1. El primero aparece claramente en el hecho de que no dejamos de existir cuando estamos dormidos, aunque toda experiencia objetiva individual se ha desvanecido. Hay que tener en cuenta lo siguiente: el sueño profundo, en sí mismo, es el estado del ser incondicionado. Quiero decir que en el sueño profundo sigue existiendo un principio que trasciende las cualidades o accidentes, perteneciendo estos a la objetividad.
  2. El segundo se deriva del hecho de que al despertar somos conscientes de haber dormido profundamente, aunque la ausencia como tal nunca puede ser experimentada. Hay que tener en cuenta lo siguiente: el sueño profundo, en sí mismo, es el estado de no-dualidad. Quiero decir que el principio de la consciencia se queda sin su apariencia para asumir la dualidad de un sujeto consciente y su objeto.
  3. El tercero se demuestra por la confianza con la que esperamos el disfrute asociado con el sueño profundo; y también por la sensación de privación real cuando sufrimos de insomnio. Hay que tener en cuenta lo siguiente: el sueño profundo, desde su propio punto de vista, es el estado de auto-satisfacción. Quiero decir que cuando el deseo y los objetos del deseo han desaparecido con el cese de la actividad mental, lo que queda es la importancia positiva de la ausencia de deseos.
3. La unicidad de la experiencia no-mental
El ser incondicionado, la conciencia no-dual y la paz perfecta, estas tres características del sueño profundo se corresponden con los tres componentes de la experiencia individual, es decir, la vida, el pensamiento y la sensación. Pero no son más que aspectos del yo real que debe ser único e inmutable, único porque observa, y por tanto trasciende, la variedad de la experiencia objetiva, siempre que esta última se presente; e inmutable porque permanece inafectado por la apariencia o la no-apariencia de esa variedad. Sin embargo, no podríamos saber nada al respecto si partimos de nuestro estado incondicionado que aparenta entrar en el dominio objetivo. De ello se desprende que la no-dualidad continúa como el trasfondo de la dualidad. No será hasta que nos acerquemos al final de este trabajo que puedan ser apreciadas todas las implicaciones de este párrafo.
4. Una objeción
Es probable que se plantee una objeción a nuestra descripción de uno de los aspectos del sueño como el estado de ser incondicionado. Y es que la mente, aunque se mantiene en suspenso, puede no estar totalmente ausente, pues de lo contrario el durmiente no podría ser despertado por las sensaciones.
5. La objeción refutada
La objeción implica que lo que vemos como sueño profundo desde el punto de vista de la dualidad es la experiencia de un durmiente, en la que el sujeto de la relación sujeto-objeto continúa de hecho incluso cuando no hay objetividad. Se supone, además, que el cuerpo de vigilia persiste en el sueño. ¿Es que otros no lo ven? Pero otros cuerpos, como el nuestro, son nociones que pertenecen al estado particular de la actividad mental que actualmente se está experimentando. Si otros observan algún tipo de respuesta a un estímulo en lo que ellos ven como un cerebro o cuerpo durmiente, lo hacen como parte de su experiencia de vigilia y así nos lo dicen como parte de la nuestra. Pero cuando no estamos teniendo ninguna experiencia objetiva, no hay cuerpos y por lo tanto no hay otros. La objeción es por lo tanto ilógica: lo que parecía ser un problema no es más que una confusión de puntos de vista. Desde el punto de vista de la dualidad, la experiencia siempre parece ser personal y por tanto conectada con el cuerpo de alguien; pero desde la no-dualidad, no hay personalidad y por consiguiente no hay durmiente ni cuerpo dormido. La objeción es refutada.
6. Reducción al absurdo
Por otra parte, supongamos por un momento que admitimos la existencia latente del pensamiento y la manifestación continua de un cuerpo de vigilia en el sueño profundo, el hecho es que a fin de ser conscientes de las sensaciones que afectan al cuerpo de vigilia, debemos estar ya despiertos. (2)
7. El intervalo entre dos pensamientos
La acción mental no es continua. Cada pensamiento, sentimiento o percepción sensorial tiene un principio y un fin. De ello se desprende que entre una mentación consciente y otra hay un intervalo. Desde el punto de vista dualista, el intervalo parecerá ser infinitesimalmente breve. Pero en sí mismo, trasciende la noción del tiempo, el tiempo que se experimenta sólo cuando hay actividad mental. Aquí (en el intervalo) no hay ninguna (actividad) con lo que normalmente escapa a nuestra atención. Si tratamos de pensar en ello, aparecerá como un estado de nesciencia.
Ahora bien, esta suspensión periódica de la actividad mental es idéntica a la del sueño profundo, que de este modo experimentamos en cualquier otro momento, por decirlo así, en medio de la experiencia de vigilia y de sueño. He dicho en otro contexto (en la Sección 3 más arriba) que la no-dualidad continúa como el trasfondo de la dualidad. Puede ser comparado con el papel en el que se imprimen estas palabras.
8. Otros estados que son idénticos a estar dormido
Los desmayos, catalepsia, anestesia general, trances en los que el pensamiento desaparece (3), y el tipo de distracciones en las cuales, cuando nos preguntan qué pensamientos estábamos teniendo, sólo podemos decir: "No estaba pensando en nada", se caracterizan del mismo modo por la ausencia de dualidad. Todos estos son idénticos al sueño profundo y al intervalo entre dos pensamientos. Cualquier diferencia aparente se refiere únicamente al estado de la mente antes o después de estos estados.
9. Resumen de la Primera Parte
Como seres humanos, experimentamos tres estados, vigilia, sueño y sueño profundo o sin sueños. Los dos primeros son estados de actividad mental, que se caracterizan por la dualidad de un sujeto consciente y su objeto. El tercero es un estado de no-dualidad, que se caracteriza por la ausencia de la experiencia objetiva y la presencia continuada del yo (self) real, lo que puede ser descrito como ser absoluto, el principio de la consciencia, y paz. Permanece sin modificaciones en los tres estados, pero es eclipsado, como el sol, cuando se producen pensamientos, sentimientos y percepciones sensoriales. No es entonces directamente aprehendido, pero se experimenta indirectamente a través del sentido de la existencia personal, la consciencia de los objetos, ya sean éstos físicos o mentales, y la apetencia, cuyo objetivo final es siempre el cese del deseo, es decir, la paz incondicionada. Estas cuestiones se examinarán en la tercera y cuarta parte de este libro. Mientras tanto, debemos considerar la naturaleza de la experiencia objetiva, es decir, de la experiencia de vigilia y de sueño.
Notas:
  1. La siguiente ilustración de la vida cotidiana nos dará una comparación útil. Supongamos que pongo un bolígrafo en la palma de mi mano y pregunto a alguien que me diga lo que ve. Él contestará que ve un bolígrafo. Supongamos ahora que suelto el bolígrafo y de nuevo le pregunto lo que ve. En nueve casos de cada diez, él responderá: "Nada", cuando en realidad él ve la palma de mi mano.
  2. A este respecto, permítanme observar que el sueño profundo (sin sueños) es de corta duración con respecto a todo el período de descanso. Su duración es normalmente de una a tres horas; en el período restante, la objetividad está a menudo presente en una forma u otra. No hace falta decir que esta referencia a la duración del sueño profundo es válida sólo desde el punto de vista empírico: no tiene sentido desde el punto de vista metafísico, como veremos en la siguiente sección.
  3. Los trances en los que la mente está activa, donde las visiones por ejemplo son vistas o las voces escuchadas, no importa de qué naturaleza y si son o no proféticas, pertenecen al dominio de la dualidad y, por lo tanto, deberán ser clasificados con otros estados de la dualidad. La única excepción a esta regla es cuando se produce algo de la naturaleza de lo que se describe en el cap. XXIV, "La expresión verbal de la no-dualidad".
Fuente: John Levy. The Nature of Man according to the Vedanta