miércoles, 25 de mayo de 2011

TAO DEL AMAR

El poeta caminante dijo:

La paz de tus ojos
está en aquella montaña
que se desliza en mi recuerdo

He querido gritar en tono mayor
alaridos de orquestas
No sé si existe aún la posibilidad
de lograr alcanzarte
desde esta perspectiva
que aún no hemos inventado


La realidad va a depender de la perspectiva con que se le mire. Y ésta no tiene existencia por sí misma sino a partir de la relación pensamiento y mundo.
El nombre sagrado que se repite de manera consecutiva, va a producir la vibración, una energía muy especial. Soy lo que pienso y lo que hago. Seré la realidad que se vea a través de mis ojos; ellos son los cristales del alma.
Y Dios en este caso, se reflejará en el amor profundo que sienta hacia su obra realizada, que está simbolizada en aquella montaña, es decir, en la plenitud y la grandeza que sube a lo alto y que luego desciende a los miles de seres. Es el Absoluto o la Idea que se materializa en la palabra sagrada y que se podrá reiterar mediante el recuerdo.

En estos versos se plantea la dificultad de acceder a la realidad primera, la verdad que está más allá de los fenómenos de la existencia. Quizás nos quiera decir que para alcanzar este conocimiento se va a requerir un cambio, una trasformación interior. O que la percepción se modifique, se transforme, se desplace hacia un nuevo aprendizaje.

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