jueves, 14 de septiembre de 2017

LA CONCIENCIA SIN OBJETO




Hay que admitir en la práctica la posibilidad de una Conciencia sin objeto. Por lo general,  solo conocemos la conciencia en su relación con los objetos. En realidad, es la conciencia la que ilumina los objetos. En ella aparecen los pensamientos, las emociones, las sensaciones, como un despliegue de energía; y  es en ella  también, que desaparecen.
Cuando el objeto desaparece, no tenemos ya más conciencia de él, 
pero la Conciencia Pura permanece.

Los intervalos entre los pensamientos y entre las percepciones son habitualmente considerados como  vacíos. El sueño también es contemplado como una relación sujeto-objeto y al no experimentarse en él conciencia alguna de un objeto, se concluye que constituye un estado sin conciencia. Sí, por el contrario, se admite la existencia de una conciencia autónoma, se advertirá que los objetos aparecen de una manera discontinua y que esta discontinuidad está originada por una continuidad: La Conciencia. 
Es entonces cuando es posible experimentar la conciencia sin la presencia del objeto.  En este sentido,debe aceptarse en la Meditación cualquier percepción que se presente, sea ésta cual fuere. Gracias a esta aceptación sin reservas la percepción se desvanecerá, antes o después, de forma natural en la conciencia.
Si por otra parte, se hace de la Meditación una disciplina cuyo objeto sea integrar, por medio de un esfuerzo de la Voluntad, un estado de  conciencia sin pensamiento, se podrá alcanzar ese estado, pero se habrá generado un nuevo dinamismo; el pensamiento rechazado violentamente permanecerá a la espera, dispuesto a resurgir ; incluso con mayor energía.
Hay momentos en que estamos efectivamente sin percepción. Pero no estamos habituados a gustar de ese estado. Creamos constantemente situaciones  y objetos, a fin de poder encontrarnos en algo. Cuando fortuitamente vivimos la experiencia de un estado de conciencia sin objeto, tenemos la tendencia a vivirlo como una privación, como si fuera una pantalla sin imágenes.
Si se acepta en la práctica la posibilidad de una conciencia autónoma, se produce un soltar con respecto a la tendencia a crear continuamente una relación sujeto-objeto; el sujeto queda completamente reabsorbido, pues su existencia está condicionada por la existencia de objeto. Se trata en realidad de una Vivencia donde no hay nadie que contemple ni nada contemplado.
Este no-estado se producirá esporádicamente; más adelante se presentará con mayor frecuencia, en particular en la Meditación; después lo viviréis también en presencia de los objetos. La ausencia de objeto es, quizás,menos frecuente que su presencia, pero eso no tiene importancia. 
“Lo importante es vivir lo que hay detrás de la presencia y la ausencia,es decir, la Conciencia.”
En consecuencia, no hay que hacer ningún esfuerzo para eliminar absolutamente nada en la Meditación. No hay nada que eliminar. Una actitud de escucha desprovista de intención basta para que el pensamiento se agote por sí mismo; se desvanece en cuanto cesa la voluntad de mantenerlo mediante asociaciones de ideas.
Todo esfuerzo generaría tensión.desde un punto de vista en cierta forma experimental, resulta, pues, fecundo aceptar la posibilidad de un estado donde no existe ni observador ni cosa observada.
La Meditación puede considerarse como un laboratorio, pero también como un arte, como redactar un poema o componer música. Son medios de expresar la alegría de ser; también la Meditación Celebra la alegría de ser. 
 No es una disciplina, sino un medio de Autoconocimiento y, a la vez,un cántico silencioso. Más adelante la Meditación se prolongará en la vida cotidiana. Será el plano a fondo de donde fluye esta alegría, esta plenitud de ser,se revela presente en cada instante al alcance de nuestra lucidez, permanentemente disponible como un manantial inagotable.
Esta plenitud puede exrpesarse de múltiples formas,pero permanece idéntica a través de todas ellas.Dicho en otros términos:todos los objetos que aparecen son expresión de la conciencia.
En última instancia,no son otra cosa que conciencia.
En la Meditación se reconocerá primero el ir y venir de los pensamientos;después,y mediante la actitud interior que consiste en no alimentar más el pensamiento,llegará el día en que percibiréis la pulsión,la vibración que precede al pensamiento.

Esta pulsión es la que percute el cerebro en sus profundidades y desencadena los procesos de simbolización y formulación.En un momento dado,la complicidad con esta tendencia a dar continuidad a las pulsaciones mediante el pensamiento y el lenguaje,desaparecerá de vosotros.
La energía que se manifiesta en estas vibraciones debe absorberse, pero queda, al principio, como un condicionamiento con el cual no hay que identificarse. Desde el momento en que las vibraciones son observadas y no hay ya más identificación con ellas, éstas disminuyen y no originan ninguna expresión por medio del lenguaje.
Por supuesto, no se debe caer en la trampa de mantener estas vibraciones con baja frecuencia, pues entonces se identificarán con ellas. Todo esto debe quedar en el marco dentro de una relación entre el observador y la cosa observada. Luego se instalará la contemplación, toda volición relativa al dinamismo del pensamiento cesará  y el fenómeno de la energía se reabsorberá él mismo en vuestro Ser.

miércoles, 13 de septiembre de 2017

La Meditación de la Presencia Omnipresente



por Ken Wilber
Ken Wilber
Advierte tu conciencia presente. Date cuenta de los objetos que aparecen en tu conciencia, date cuenta de las imágenes y pensamientos que emergen en tu mente, de los sentimientos y sensaciones que emergen en tu cuerpo, de la miríada de objetos que te rodean y que aparecen en la habitación o lugar en que te encuentres. Todos esos son los objetos que emergen en tu conciencia.
Piensa ahora en algo que, hace cinco minutos, se hallara también en tu conciencia. La mayoría de los pensamientos han cambiado, la mayoría de las sensaciones corporales han cambiado y probablemente haya cambiado también el entorno que te rodea. Pero hay algo que, hace cinco minutos, estaba también ahí y no ha cambiado. ¿Qué es lo que está presente ahora que también estaba hace cinco minutos?
Yo soy. El sentimiento y la conciencia de ese Yo todavía están presentes. Yo soy ese Yo omnipresente que está tan presente ahora como lo estaba hace un instante, hace un minuto y hace cinco minutos.
¿Qué es lo que estaba presente hace cinco horas?
Yo soy. La sensación de que yo soy es continua, autoconocedora, autorreconocedora y autovalidante y está tan presente ahora como hace cinco horas. Todos mis pensamientos han cambiado, todas mis sensaciones corporales han cambiado y también ha cambiado el entorno que me rodea, pero ese Yo sigue igual de omnipresente, resplandeciente, abierto, vacío, claro, espacioso, transparente y libre. Los objetos han cambiado, pero ese Yo sin forma sigue siendo el mismo y es tan evidente y presente en este instante como lo era hace cinco horas.
¿Qué es lo que estaba también presente hace cinco años?
Yo soy. Son muchos los objetos que, durante este tiempo, han aparecido y han acabado desapareciendo, son muchos los sentimientos que, durante este tiempo, han aparecido y han acabado desapareciendo y también son muchos los dramas, los espantos, los amores y los odios que han aparecido, han permanecido durante un tiempo y han acabado desapareciendo. Pero, en este tiempo, ha habido una cosa que no ha aparecido y tampoco ha acabado desapareciendo. ¿De qué se trata? ¿Qué es lo único que está tan presente ahora mismo en tu conciencia como lo estaba hace cinco años? La sensación atemporal y omnipresente de ese Yo se haya ahora tan presente como hace cinco años.
¿Qué es lo que estaba presente hace cinco siglos?
Yo soy es lo único omnipresente. Todo el mundo siente el mismo Yo soy, porque ese Yo no es un cuerpo, un pensamiento, un objeto ni un entorno. Ese Yo no es nada que pueda ser visto, sino el Veedor omnipresente, el Testigo abierto y vacío de todo lo que emerge. Lo único que existe en toda persona, en todo mundo, en todo lugar, en todo tiempo y en todos los mundos hasta el final del tiempo es este Yo evidente e inmediato. ¿Qué otro podría conocer? ¿Qué otro podría nunca conocer? Lo único que existe y que siempre ha existido es este Yo resplandeciente, autoconocedor, autoconsciente y autotranscendente que se halla ahora tan presente como lo estaba hace cinco minutos, cinco horas o cinco siglos.
¿Qué es lo que estaba presente hace cinco milenios?
Antes que Abraham fuese, Yo soy (Jn 8.58). Antes de que el universo fuese, Yo soy. Éste es mi rostro original, el rostro que tenía antes de que mis padres naciesen, el rostro que tenía antes de que naciese el universo, el rostro que he tenido durante toda la eternidad hasta que emprendí este juego del escondite y decidí perderme entre los objetos de mi propia creación.
Nunca más pretenderé desconocer y no sentir que Yo soy.
Y, con esto, acaba el juego. Millones de pensamientos han aparecido y han acabado desapareciendo, millones de sentimientos han aparecido y han acabado desapareciendo, pero una cosa no ha aparecido y tampoco ha acabado desapareciendo, lo que nunca ha nacido y lo que nunca morirá, lo que jamás se ha adentrado ni ha salido de la corriente del tiempo, una Presencia pura que flota en la eternidad, por encima del tiempo. Yo soy ese gran Yo evidente, autoconocedor, autovalidante y autoliberado.
Antes de que Abraham fuese, Yo soy.
Yo soy no es más que el Espíritu en primera persona, el Yo último, sublime y resplandeciente, el creador de todo el Kosmos, presente en mí, en ti, en él, en ella y en ellos como Yo que siente todas y cada una de las criaturas.
Porque el número de Yoes de todo el universo conocido no es más que uno.
Descansa siempre como el Yo, como el Yo que sientes ahora mismo, como el Yo no nacido que resplandece en y como tú. Asume también tu identidad personal, como este o como cualquier otro objeto, como este o ese yo o como esta o esa cosa. Descansa siempre en el Fundamento de Todo, en este Yo grande y evidente y vive sumido en el universo que yo he creado.
Éste es un nuevo día, éste es un nuevo amanecer y éste es un nuevo hombre. El nuevo hombre integral como también lo es el nuevo mundo.

8 comentarios
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Luis Granados
Yo Presencia Consciente.
Atman Nityananda · 
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El YO SOY según Nisargadatta ES UNA ILUSIÓN

Nisargadatta dice que este Yo soy o consciencia es una ilusión, que el Yo Soy es la ilusión primordial en la cual todo el mundo aparece.

¨La ilusión principal es sólo esta cognitividad Yo Soy. Antes de eso no había ninguna ilusión. Esta consciencia misma es la fuente de la ilusión. Esta ilusión o consciencia o Yosoidad no permanece como algo eterno."
~ Nisargadatta

Lo real es todo aquello que permanece siempre y que no experimenta cambio alguno. Podemos deducir entonces que esta sensación de ser, esta "Yosoidad", este "Yo Soy", es algo irreal, p...Ver más
Atman Nityananda · 
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....Yo soy ese Yo omnipresente que está tan presente ahora como lo estaba hace un instante, hace un minuto y hace cinco minutos....
~~~
Comentario
El Yo Soy (que es la consciencia reflejada en la mente) no es real, ni omnipresente ya que no existe en el sueño profundo y en el desmayado y hace falta un cuerpo físico o astral para poder manifestarse.

Lo real es todo aquello que permanece siempre, no aparace y disaparece y no experimenta cambio alguno.

Además en la Consciencia absoluta no hay ningúna sensación de Yo Soy. El Yo Soy es la primera ilusión que hace parecer la Consciencia que no tiene limites como individualizada.

Podemos decirlo de otra manera.

El Yo soy es el producto de dos componentes: La Consciencia que se refleja en la mente y de la mente misma. Cuando la Cosnciencia pura o Absoluta se refleja en la mente aparece el Yo Soy.

Ya que el Yo Soy es el resultado de la reflexión de la Consciencia en la mente y por eso es una mezcla de algo verdadero (Consciencia) con algo ilusório (mente), resulta que el Yo Soy es ilusório.
Francisco Girbau Ortega
?Quien eres?
Tú eres nada,
concibiéndote actualmente a ti mismo como algo.
El cuerpo es algo, pero sin la mente,
el cuerpo no podría ser observado.
Y sin la consciencia,...
la mente no puede ser observada.
Y sin lo Absoluto,
la consciencia no puede ser observada.
Contempla esto.
~ Mooji
Daniel L'Angiócola
Comparto y coincido con los comentarios. Ese sustrato Absoluto en el cual aparece el yo soy no es cognoscible. Sólo podemos serlo. La mente es una parte de la manifestación fenoménica, y no puede salir de lo fenoménico. Sólo puede comprender que su fuente es la Conciencia Impersonal, la cual está fuera del tiempo y no puede ser conocida por el cuerpo-mente, que sólo puede conocer objetos.-

Brahman se refleja en el cuerpo-mente. Esta conciencia reflejada, denominada cidabhasa, es el yo soy. El individuo aparente está compuesto por el cuerpo-mente, la conciencia refleja y la Conciencia original, que por su mera presencia se refleja en el cuerpo-mente. Tanto éste como cidabhasa con irreales y cambiantes. La Conciencia original es eterna, real y ajena al espacio-tiempo. La liberación es reconocer que la identidad real es la Conciencia original.-

Algunos maestros sostienen que el proceso de liberación no es realizado por ningún individuo separado (que no existe), sino que es la propia Conciencia que se manifiesta en millones de formas. Se refleja en ellas y crea así el pensamiento de un individuo separado independiente y hacedor. Y en algunos casos se produce un pensamiento que cuestiona la supuesta separación y comienza un proceso de investigación que termina en la llamada liberación.-

También dice Nisargadatta que cuando se produce la muerte el cuerpo, éste se desintegra en sus elementos, la fuerza vital o respiración se mezcla con el aire universal y la Conciencia deja de reflejarse en una forma que ya no existe, recuperando su ilimitación original, que nunca perdió porque fue todo una ilusión.-
Daniel L'Angiócola
A pesar de nuestros comentarios, no podemos dejar de reconocer la importancia del planteamiento de Ken Wilberg. El quiere llamar la atención hacia la Conciencia que somos, en la cual aparece el mundo, y que es el sujeto último en toda experiencia.-
Luis Miguel Colado Lopez · 
Coincido contigo Daniel.
Responder3 de septiembre de 2017 20:04


lunes, 4 de septiembre de 2017

Soy la realidad única de toda experiencia"

Diálogos con Rupert Spira - Encuentro en Barcelona 2012 (III)
Rupert Spira
Interlocutor: Parece que el pensamiento es la causa que disturba nuestra paz y nuestra felicidad. ¿Hay alguna manera de vivir? No podemos dejar de pensar, parece que estemos tan condicionados para siempre utilizar nuestra mente y nuestro pensamiento. Incluso aquí, cuando hacemos preguntas, estamos utilizando pensamientos e incluso cuando investigamos también utilizamos el pensamiento. ¿Hay una manera de vivir incluso aunque el pensamiento esté funcionando o habitando en ese núcleo de paz de la experiencia?
Rupert Spira: Sí, hay una manera.
Lo primero que hay que reconocer es que siempre eres la presencia de la consciencia, incluso cuando surgen pensamientos y sentimientos que parecen decir lo contrario; incluso entonces siempre somos únicamente la presencia de la consciencia que conoce esos pensamientos y esos sentimientos. Así que es más una cuestión de reconocer eso que de convertirse en eso. Eso es lo primero.
Habiendo reconocido que eres siempre eso, acostúmbrate entonces a tomar posición en tanto que eso; acostúmbrate a ser eso conscientemente. El motivo por el que digo conscientemente, es porque siempre somos eso pero la mayor parte del tiempo no lo sabemos. Es como si estás actuando en una representación y te dan el papel de Hamlet. ¿Cuál es tu nombre?
I: Nathan
RS: Así que tienes el rol de Hamlet en la representación y estás tan implicado en el personaje de Hamlet que, de vez en cuando, te olvidas que eres Nathan y realmente sufres lo que Hamlet sufre. Pero de vez en cuando encuentras a un amigo, uno de tus compañeros actores que está entre bambalinas, te ve lleno de lágrimas y te dice: “Pero no seas bobo, no eres Hamlet, ¡eres Nathan!” Y en ese momento dices: “¡Anda! Es verdad, ¡qué bobo!” No es que en ese momento dejes de ser Hamlet y empieces a ser Nathan, sino que siempre has sido Nathan. Ahora sabes que eres Nathan y eso no te impide seguir actuando con el rol de Hamlet, pero ya no sufres más la vida de Hamlet.
La metáfora deja de funcionar después de un rato, así que olvidemos esta metáfora y volvamos a tu vida.
Creer que somos un ser separado es olvidar quienes somos verdaderamente, de la misma manera que creer que somos Hamlet implica olvidar que somos Nathan. Los momentos de sufrimiento surgen cuando olvidamos quienes somos. En el momento en que imaginamos que somos Hamlet empezamos a sufrir, en el momento en el que recordamos quienes somos verdaderamente el sufrimiento cesa.
Ahora, olvidándonos de esta metáfora, en la vida real puede haber viejos hábitos del pensar y del sentir que puede que sigan todavía un poco, pero como ya no sigues creyendo que eres esa entidad separada, esos viejos hábitos poco a poco se van extinguiendo.
Tomemos el paso siguiente, ¿qué es lo que se requiere para saber que no somos una entidad temporal y limitada?
El primer paso es reconocer que yo soy la presencia de la consciencia. Ese es el primer paso, pero no es suficiente.
El segundo paso es descubrir cuál es la naturaleza de esa consciencia, y es el descubrimiento de que esa consciencia es eternamente presente e ilimitada, en otras palabras, eterna e infinita. Es ese descubrimiento el que pone fin a la creencia de que soy temporal y limitado. Es decir, descubrir que lo que soy no comparte ni el destino ni las limitaciones del cuerpo/mente. No compartir el destino del cuerpo/mente quiere decir que no vengo cuando vienen ni me voy cuando se van, soy eternamente presente o eterno. No compartir los límites del cuerpo/mente, quiere decir que soy infinito. Ese es el descubrimiento que llamamos despertar o iluminación.
Así que el primer paso es descubrir que soy la consciencia, no un conjunto de pensamientos y sentimientos. El segundo paso es descubrir la naturaleza de esa consciencia, descubrir que es eternamente presente e ilimitada. Ese descubrimiento es el que pone fin a la creencia de que soy un yo separado.
I: Entonces, ese descubrimiento es conocimiento, pero... ¿Cómo puede ser ese conocimiento un conocimiento vivido? ¿Cómo puede calarnos? Porque hay momentos en que va y otros en que viene... De acuerdo, lleva tiempo pero, ¿cuánto tiempo lleva?
RS: En cualquier momento durante el día puedes preguntarte: ¿en nombre de quién estoy pensando, sintiendo, actuando y relacionándome? ¿Estoy pensando en nombre de un ser separado que siente que carece de algo o estoy pensando y sintiendo en nombre de la paz que verdaderamente soy? Cuando te estás relacionando con alguien: ¿estoy defendiéndome o agrandando un yo separado a través de esta relación? ¿Estoy pensando en el otro como un yo separado o estoy manteniendo en mi corazón la comprensión sentida de que lo que somos es esencialmente uno?
I: Ese es otro truco de la mente y es que eso solo es en el momento, no te puedes dar tiempo.
RS: Sí..., pero también te puedes ayudar. Puedes decirte a ti mismo algo así como: “Durante tanto tiempo me he relacionado con los otros como si fueran otros seres y eso ha producido tanto conflicto en mi vida, así que ahora voy a tener la intención la próxima vez que me relacione con alguien ―con mi vecino, con mi bien amado o bien amada, con mis hijos― voy a tener la profunda intención en mi corazón de sentir que quienes son es mi propio ser, porque no puede haber más de una presencia consciente e ilimitada”. Así que ten esta profunda intención, mantén esta profunda intención en tu corazón y entonces relaciónate con el otro. Permite que esta intención condicione la manera en cómo te relacionas con el otro y ve cual es la diferencia que esto marca en la relación con el otro.
 
I: Pero... ¿no podría ser que la consciencia sea un subproducto del cerebro?
RS: Para que fuera así tendría que ser posible experimentar el cerebro en ausencia de consciencia. Tendríamos que ser capaces de encontrar el cerebro antes de que se hubiera producido la consciencia. ¿Alguien ha encontrado alguna vez un cerebro en ausencia de consciencia? De nuevo hay dos casillas donde poner una cruz.
I: La pregunta es: ¿alguien ha encontrado un cerebro en ausencia de consciencia?
RS: Sí, esa es la pregunta.
I: No entiendo bien la pregunta. Desde el punto de vista materialista, que es el que mayoritariamente vivimos, parece que con el nacimiento de un ser humano hay el emerger de la consciencia. Para mí la experiencia de la consciencia es de una gran belleza, de un amor y una plenitud muy grande, esto es verdad, es mi experiencia. Pero este punto de la eternidad de la consciencia no lo veo.
RS: Porque el punto de vista materialista afirma de una manera muy simple que primero está el mundo, que el cuerpo aparece en el mundo como un subproducto y después, como tú has dicho, la consciencia aparece como un subproducto del cuerpo. Este es el punto de vista materialista. Ahora bien, podemos verificar este punto de vista utilizando el método de los materialistas, que es un método científico. Utilizaremos ese mismo método y descubrimos si es verdad o no. Para descubrir que la consciencia es un subproducto del cuerpo, tendríamos que ser capaces de encontrar un cuerpo antes de que hubiera producido consciencia. Ahora la pregunta es: ¿tú o algún científico ha encontrado un cuerpo en ausencia de consciencia?
I: No.
RS: Así que utilizando el mismo método que los materialistas hemos desmontado su argumentación. Los materialistas postulan la existencia de un mundo y un cuerpo en ausencia de consciencia, pero jamás han encontrado tal cuerpo o tal mundo. Mantente conmigo y, además, añade a esto que el materialista dice que la consciencia va y viene pero, utilizando el método que utiliza el materialista y explorando nuestra experiencia real, descubrimos que jamás nadie ha tenido la experiencia de la aparición o de la desaparición de la consciencia. Es decir, el punto de vista materialista está basado en creencias y lo que decimos aquí está basado en la experiencia. La consciencia es la única cosa, si podemos llamarla cosa, que no va y viene. La consciencia es previa a cualquier experiencia del cuerpo, de la mente o del mundo.
I: Comprendo que no hay pruebas de que la consciencia emerja en el cerebro pero, ¿hay alguna prueba de que la consciencia sea anterior al cerebro y de que sea eterna?
RS: Haces una pregunta que hace referencia previa al cerebro: ¿está la consciencia presente antes del cerebro? En otras palabras, ¿existe la consciencia en el tiempo? No puedo contestar sí o no a la pregunta de que si la consciencia existe antes del cerebro, porque la pregunta presupone la existencia del tiempo que es algo que jamás nadie ha encontrado.
El pensamiento imagina una sustancia llamada tiempo y luego pregunta: ¿existe la consciencia en el tiempo antes de que aparezca el cerebro? Pero la presunción en la pregunta es falsa. Los científicos jamás han encontrado el tiempo. Es una hipótesis de trabajo muy útil, yo la utilizo todo el tiempo, pero no es una idea que guarde relación con la realidad de nuestra experiencia. Incluso la pregunta de si es eterna la consciencia implica la posibilidad de que hay algo distinto del presente siempre eterno. Si le haces esta pregunta a la consciencia no sabe de que estás hablando, y si le preguntas a la mente te va a dar un montón de respuestas. ¿Vas a hacerle la pregunta al que sabe o al que cree?
La consciencia es la única que es consciente de cualquier cosa. Si quieres saber acerca de la realidad de la experiencia tienes que preguntarle a la consciencia; un pensamiento es conocido, no puede conocer algo. Los pensamientos no nos dirán nada acerca de la realidad de la experiencia. Sólo la consciencia es consciente de la realidad de la experiencia. Si le preguntáramos a la consciencia qué es lo que sabe acerca de la realidad de la experiencia contestaría: “todo lo que conozco es yo misma, soy la realidad única de toda experiencia”. Incluso no podemos decir “yo soy eterno e infinito”, porque decir que soy eterno presupone la existencia del tiempo y decir que yo soy infinito presupone la posibilidad de la existencia de lo finito. La consciencia no conoce otra cosa que ella misma y está más allá de las ideas de eterno o temporal, de finito o infinito. La idea de que la consciencia es eterna e infinita es simplemente una espina que se utiliza para retirar otra espina. Utilizamos la idea de que la consciencia es eterna para retirar la idea de que ocurre en el tiempo y utilizamos la idea de que es ilimitada para retirar la idea de que es limitada.
En última instancia todas estas ideas deben ser descartadas porque ninguna de ellas es absolutamente cierta. Lo que permanece cuando todo eso ha sido descartado es absolutamente cierto. Y eso es tú mismo.
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