Por Ernesto Sánchez
El sentido de la vida está en la
vida misma en su proceso. Sólo le damos el sentido que ya está en nosotros.
Somos lo que hacemos, y eso que hacemos
es lo que nos define, porque es la obra, el hacer lo que habla por nosotros, y
lo que en definitiva nos transciende.
Algunos buscan el sentido en sus
vidas realizando lo que les hace feliz, pero no existe una sola manera de
concebir la razón de existir. Hay tantas
como seres pensantes habiten en el planeta. Nuestra misión es descubrir cuál es
el propósito de nuestra vida, el porqué y el para qué de la existencia.
- Maestro ¿la vida tendrá algún sentido o es ella un absurdo sin sentido?
- La vida no posee una lógica lineal de la que podamos formular alguna receta específica de cómo vivir. Se vive y ya. La vida no tiene por qué tener un sentido concreto. Si buscas su significado en alguna doctrina, en una determinada corriente filosófica, en una teología, da por seguro que te perderás lo mejor que tiene la vida. Depende de ti. La vida en sí misma es un libro en blanco, él se convierte en cualquier cosa que tú escribas. Puedes escribir tu felicidad, o puedes describir tu desdicha.
Los viejos maestros nos han hablado de cómo encontrar el sentido de la vida. Por ejemplo, Lao Tsé decía: El Tao (la existencia) en el vivir, consigue el placer de la vida; en el sentir, encuentra el sentimiento; en la amistad, armoniza con todos; en las palabras, es verdadero. Sólo cuando descubrimos y cultivamos el tesoro que se oculta en nuestro ser interior -el amor, la moderación y el espíritu-, estaremos en capacidad de vivirla en profundidad y disfrutarla intensamente; entonces es allí cuando podremos hallar la verdadera razón de nuestra estancia en el mundo.